Plan Alerta

Diario Clarín
Suplemento Zona

Domingo 01 de noviembre de 1998

OPINION

RAUL EUGENIO ZAFFARONI. Legislador porteño de la Alianza. Director del Departamento de Derecho penal de la UBA

La corrupción es política.

Las tentativas de mejorar cualquier institución mediante reales o supuestas autodepuraciones siempre son sospechosas, porque en toda institución hay pugnas de poder interno. Tampoco suelen ser muy útiles, porque si las estructuras condicionan vicios, todo simple cambio de personas los reproduce con nuevos protagonistas.

El problema policial en la Argentina -y en Latinoamérica- no es de personas (o no sólo de personas). Ante todo, es un problema político y de corrupción política.

Nada se resuelve si los responsables políticos siguen pensando que, en lugar de invertir en seguridad, es preferible conceder ámbitos de recaudación ilícita. Esto no constituye corrupción policial sino política. Su origen se pierde en el tiempo, pero es imposible proveer seguridad pública en el siglo XXI con policías deterioradas por prácticas del siglo XIX.

No tiene sentido filosofar sobre las causas del delito cuando se deteriora la seguridad por falta de inversión, ni rasgarse las vestiduras por la corrupción condicionada por la propia estructura política.

Un servicio civil.

Es necesario repensar la Policía como servicio esencialmente civil y, por ende, sin razón para su militarización.

Su personal debe ser jerarquizado tanto salarial como técnicamente, y se debe autorizar su sindicalización, como en toda Europa. Esto no significa que se le reconozca el derecho de huelga y menos aún el de sedición, pero sí el de discutir sus condiciones laborales, su posibilidad de emitir opiniones públicas -en particular sobre su equipamiento- y de peticionar pacíficamente en grupo, como paso indispensable para desarrollar la conciencia profesional. También, en los umbrales del siglo XXI, deben fomentarse y facilitarse los estudios terciarios de todo su personal.

En el ámbito que sea (federal, provincial o de la Ciudad) es urgente comenzar la separación de la policía de seguridad pública de la de investigación criminal: son dos entrenamientos y técnicas completamente diferentes. Además, lo correcto es que la última dependa del Poder Judicial o del Ministerio Público y no del Poder Ejecutivo.

En cuanto a la transferencia de la Policía a la Ciudad, no puede ser una prenda política espasmódica. La Ciudad debe tener su policía como cualquier provincia, pero la transferencia debe hacerse con orden, por etapas racionales, garantizando la carrera y el mejoramiento de todos los beneficios del personal. Es irresponsable pretender transferir retazos empobrecidos y sin presupuesto, o pasar responsabilidades sin mando.

La mano legal.

La famosa mano dura sólo tiene por efecto deteriorar y disolver las instituciones policiales y disminuir aún más sus niveles de eficacia preventiva: es falsa la disyuntiva entre seguridad y libertad, porque al disminuir las garantías aumenta la arbitrariedad y la corrupción, y esta última es incompatible con la eficacia.

La solución no es mano dura sino mano legal, con policías jerarquizadas mediante inversión, mejoramiento laboral, profesionalización, autoestima y respeto a la propia dignidad humana de su personal. Sólo así estaremos libres y seguros.

Revista Vivir en Familia.

Entrevista de Héctor Lorenzo al

Dr. Jaime Barylko. 

ENTREVISTA.

Un llamado a la responsabilidad ética personal.

El doctor Jaime Barylko es filósofo, docente de la Universidad Maimónides de Buenos aires, escritor, conferencista, conductor de programas de televisión.

 

Para no justificar la violencia.

 

Lejos de pensar que todo ayer fue mejor, ¿Cree usted que hay más violencia social?

La violencia estuvo como recluida para ciertos momentos especiales y estuvo prohibida por las religiones, prohibida por la moral, prohibida por la ética de los pueblos, prohibida por las tradiciones.

Hubo violencia, pero hubo una tendencia y una educación hacia el control de la misma. La novedad hoy no es la violencia, porque violencia siempre hubo. La novedad es el descontrol, el "no mal" de la violencia. La violencia no aparece como "mala", su incalificabilidad ética hace que aparezca como algo posible, factible y permitido. Es casi como afirmar que es correcto ser violento. Hoy la violencia está ejemplificada y casi incitada a través de todos los medios de comunicación, especialmente en el mundo del cine y de la televisión. Si uno es chico, un jovencito, nacido, desarrollado en este clima, su medio natural es tanto la calle como la televisión..... y en esos ámbitos la violencia es protagonista.

En la calle hay constante violencia que pareciera no causar daño inmediato a nadie, pero esa violencia afecta a nuestros hijos, será absorbida por nuestros nietos, más toda la violencia de 24 horas de televisión, más la que van a leer en los diarios. Entonces le va a parecer que lo correcto es ser violento. Y, en el primer enfrentamiento con alguien les va a parecer hasta natural llegar a tener un arma. Y lo digo como ejemplo para que se entienda lo que está sucediendo. Fíjese que a la juventud se le atribuye el 30% de los crímenes en este momento. Se trata de los inimputables en esa estadística. Y esa juventud aprende de los mayores de edad que son los fabricantes de las películas en las que se muestra la violencia virtual, la violencia ficticia, pero que termina siendo real; así se conducen luego en la realidad.

Lo mismo ocurre en el cine presentado como una muestra de la realidad violenta. Pero hay una novedad; antes, con un tiro, el personaje que era golpeado por ese tiro, caía y a los pocos segundos moría. Hoy las películas muestran que las víctimas de los balazos son casi inmortales, porque el otro le tira, le tira y éste no termina nunca de morirse, se levanta, vuelve a atacar, le vuelven a tirar y se levanta. Pero toda esa ficción, los chicos "se la comen" como si fuera verdad. Se presenta el acto de tirar como algo sencillo, que no les pasa nada. No se sienten violentados a su vez pensando "qué barbaridad que cometí", u otro que le diga "¿cómo pudiste haber hecho algo así?". ¡No!. Tiran, salen a pasear por la calle contentos y el muerto nunca se muere tampoco porque se levanta, sale detrás y los sigue persiguiendo con cinco tiros adentro. En definitiva hay en este momento una especie de gran mito de la violencia y de la inmortalidad que permite que el gatillo sea fácil.

¿Qué diversas causas usted descubriría en la raíz de tanta violencia, tanto en el ámbito de las familias, en lo económico y laboral, en lo social callejero?

Hay que empezar a entender que la sociedad es siempre un orden sistémico en el cual la familia, sociedad, cultura, televisión, policía y otras instituciones, profesionales varios, etc., todo está contaminado. Y entonces si usted señala a tal o cual individuo como factor de violencia, éste le puede decir que responde a lo que vivió en su familia, y si interroga a la familia le dirán que es la sociedad de donde proviene la violencia, y si Ud. interroga en esa sociedad local, le dirá que es la globalización o el Fondo Monetario Internacional. Entonces, nadie es responsable. En consecuencia, si Ud. toma un azadón y se lo da por la cabeza a alguien, la causa primera está en Ginebra, en Nueva York, o vaya a saber dónde.

¿Entonces?

Para el análisis es necesario darnos cuenta que todos estamos imbricados los unos en los otros. Esto nos puede conducir a dos tesis: una es amoral, la que diría que ninguno es responsable y, la otra tesis, que es la que sostengo, desde luego, corta la cadena y dice: Ud. tiene razón, científicamente puede ser que haya un señor en Ginebra en una oficina o en Malaya, o lo que pasó en Hong Kong con el sistema financiero.... Usted tiene razón, la cosa viene de ahí y hace que Ud. esté muy nervioso y le corta la cabeza a alguien por ese motivo. Pero en algún momento vamos a parar, porque Ud. no va a aceptar que por violación de otro le violen a su hija. El violador de su hija es el violador de su hija, no es el violador que a su vez fue violado y así hasta la eternidad.

Entonces comencemos con la responsabilidad personal. Ahora, más que nunca, es necesario educar en el "Ud. es responsable". Aunque lo hayan empujado, si Ud. me empujó a mí, si me pisó, Ud. es el responsable de ese pisotón. No me cuente que el subte estaba lleno, ni me diga "mire, el subte estaba tan lleno que yo lo pisé". Bueno, le diré, Ud. trate de no pisar a otro. El resto se lo cuenta al analista o al diario íntimo, porque si no, nunca vamos a entrar en la etapa realmente moral de la existencia que es el nudo central de este momento.

¿La afirmación de la personalidad de cada uno de los miembros de la familia implica necesariamente la confrontación, la oposición entre los mismos?

Si, esto lo enseña la psicología. La afirmación de los jóvenes sobre todo, se da en la confrontación con sus padres. Esto se ve en todos los datos antiguos, también está en la Biblia, en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento, en Homero, en Virgilio y en todas la biografías que hubo. Pero hay que entender que una cosa es el enfrentamiento en cuanto a la afirmación de identidad y por lo tanto positivo, y otra cosa es esa misma situación usada para conflictos de odio y de agresión. Enfrentarse es una cosa y agredir e insultar es otra. Con mis hijos nos enfrentamos pero nos amamos, con mi esposa también. No soy de los que dicen que todo siempre tiene que ser sonrisa, porque así se ha malcriado a la Argentina de los últimos decenios; que hay que pensar lo mismo y que la pareja siempre tiene que tener las mismas ideas o estar en perpetua convergencia. Todo lo contrario, hay que autorizar la divergencia, porque la divergencia es el pensamiento y la autonomía personal. Entender que eso no debe mellar la relación que es de persona a persona y de no ideas a ideas.

Usted no es mi amigo porque tiene mis mismas ideas o porque es de Boca igual que yo. Este es el gran aprendizaje que tiene que hacer la humanidad en este momento, porque la gente confunde ideas con personas y personas con ideas. 

En este contexto, ¿qué comentario le sugiere ahora el mandamiento bíblico "honra a tus padres"? .

Soy un biblista de temprana edad y desde hace mucho tiempo me venía preguntando en qué puede consistir ese honrar. Y, lo que sí supe es que no consiste en festejarle el cumpleaños, en traerle regalos para el día del padre, ni siquiera decirle "buenos días papá, ¿cómo te va?". Esos son buenos modales, nada más.

Creo que el honrar, al estar colocado entre los grandes mandamientos, tiene que ser algo más profundo. El padre y la madre significan la tradición, el honrarlos significa recibir de ellos la cultura, los preceptos, los principios éticos. Los padres les traen la tradición de pertenecer a otra época, en el sentido que ello deba ser recepcionado. Y cuando crezcas podrás ponerlos en cuestión, pero en principio debes recibirlos.

Así como recibiste la leche de tu madre, así como recibiste el pan de tu padre, así como recibiste la mano que te condujo a la escuela, tienes que recibir el mundo de ellos. Después, si quieres, te confrontas con ese mundo. No lo que se está haciendo en este siglo, que es una especie de de apología o de defensa de que en principio hay que estar en contra de los padres. Eso ha causado grandes males, grandes desgracias y grandes enfermedades en nuestra sociedad actual.

 

Dr. Barylko, ¿usted opina que la violencia es constitutiva de la naturaleza humana?

Es constitutiva de la existencia, en tanto tiene elementos de ataque y de defensa por la supervivencia. La existencia humana al ser individual hace que cada individuo pueda ver en el otro a un potencial enemigo. Los animales son menos violentos que el hombre, porque actúan más como especie.

Nosotros no tenemos que ocultar algo que la Biblia misma puso en evidencia: el relato de la muerte de un hermano en manos de otro hermano, es decir el homicidio de Abel perpetrado por Caín. Relato que figura después de la creación del hombre. Esta historia no tenemos por qué ocultarla a nuestros hijos o alumnos.

 

Pero también es cierto que el hombre está llamado a la concordia, a la armonía, a la fecundidad a través del amor.... entonces la violencia se presenta como un elemento antagónico.

Sí, lo que Ud. afirma se concatena con lo que dije antes. Por eso la historia del monoteísmo y de la religión es siempre la historia del hombre en vías de superación, no del hombre totalmente hecho. La historia del hombre comienza con el relato de la caída, es decir, que se nace con la caída, es decir que la caída es lo negativo.... ése es el comienzo.

Y ahí la necesidad de que el amor no puede ser jamás un regalo sino una empresa, un proyecto. No puedo decir "mañana voy a amar" sino "quiero amar durante mi vida" . No es un proyecto para mañana o para pasado mañana, como si se tratara de la compra de un coche. Entonces el amor, la concordia, la paz, son efectivamente los grandes proyectos humanos por los cuales debe esforzarse.

En su libro "Para quererte mejor", Ud. abordó el tema del amor, el tema del odio....

Sí, allí afirmo que el odio fluye de manera natural, precisamente porque existe esa oposición de individuo a individuo, en tanto que el amor no fluye naturalmente, es una decisión, una empresa.

¿Cuál es su mensaje en orden a ir generando espacios de concordia, de armonía, de no violencia, de unidad? En síntesis ¿qué cruzada personal deberíamos emprender?.

 

Sería la cruzada de la responsabilidad y de la clarificación sobre qué estamos discutiendo cuando discutimos. No estamos discutiendo nuestro estar el uno junto al otro, eso es lo que permanece indiscutible, salvo que alguien determine que no quiere estar más con alguien. Entonces que no busque pretextos Creo en la vida existencial como responsabilidad ética, y eso es el amor. El mundo de las ideas, de los pensamientos y de las opiniones es casi decorativo respecto a lo primero. Mi vida ha pasado entre ideas, libros y pensamientos y soy hombre de eso en cuanto a profesión, gusto y placer personal, pero cuando estoy con mi esposa y con mis hijos no estoy pensando...... estoy viviendo. Y si estoy pensando y ellos están pensando, estamos intercambiando ideas, discutiendo, entonces también podemos también entrar en estados de éxtasis y de furor como son las pasiones humanas, pero eso es parte de nuestra convivencia. Esto es positivo porque toda persona que no piensa como yo puede ser que esté equivocada o que en vez me despierte un nuevo pensamiento, entonces ¿cómo no lo voy a agradecer?.

Todo esto forma parte del aprendizaje de la vida. Hoy vivimos en un mundo con mucha informática, mucha internet pero hemos perdido la sabiduría de la vida. La sabiduría no tiene nada que ver con la ciencia, la ciencia nunca le va a enseñar a usted cómo vivir, cómo amar, cómo relacionarse con el vecino, la ciencia no se ocupa de eso, no es su objetivo. De eso se ocupa el alma humana y la conciencia reflexiva y la decisión ética de querer vivir con otros y de trazar con ellos un proyecto de existencia.
 
 

La Nación Line

Suplemento Enfoques

EL DEBATE / Delincuencia juvenil / 11.10.98

La adolescencia del delito.

Especialistas en familia, educación y medios opinaron sobre los factores que conducen a la violencia de los jóvenes y acerca de las posibles medidas para prevenirla.

HAY que evitar los dualismos prevención versus represión. Hoy existen delincuentes y hay que dar seguridad ya", dice Emilio Tenti Fanfani, sociólogo de Unicef, quien no quiere quedar como un "utópico prevencionista". Sin embargo, en tiempos de inseguridad creciente se habla mucho de aumento de la vigilancia o de la reducción de la edad de imputabilidad penal, y pocos se preguntan por qué los adolescentes llegan a delinquir.

Para debatir acerca de estos aspectos a veces olvidados, La Nación reunió a Tenti; a Carlos Eroles, director de la carrera de Trabajo Social de la UBA y titular del Instituto del Menor del gobierno de Raúl Alfonsín, y a Gabriela Fabbro, especialista en medios audiovisuales de las universidades de Buenos Aires, del Cine y Austral.

 

¿Cómo un joven se transforma en delincuente?

Tenti: - Algo debe estar fallando en los procesos de constitución de la subjetividad. La familia es la primera agencia de socialización, pero va cambiando a lo largo del tiempo y hoy existe una fragmentación en las configuraciones familiares. Hay problemas con la familia: la incorporación de la mujer al mercado de trabajo lleva a que las madres tengan menos tiempo para la socialización infantil y deban delegarla en otras instituciones, tales como la guardería y el preescolar. También me interrogaría por los medios masivos de comunicación, quizá más que por la escuela, porque el chico es primero alumno de la televisión. Según estudios hechos en la Argentina, los alumnos de primaria pasan cuatro horas promedio frente al televisor. A nivel de la cultura hay un problema general porque no existen consensos ético/morales: cosas buenas para el padre, quizá no lo son para la escuela o para la sociedad. Los medios, por ejemplo, no tienen como función ni enseñar ni moralizar, pero de hecho lo hacen. La escuela, en cambio, es una institución específica para formar personas. Por eso, se la culpa de los problemas, cuando en realidad no puede sola.

Eroles: - En primer lugar, todas las sociedades, al menos en los últimos cuarenta años, han tenido la tendencia de culpar a los jóvenes de todos sus problemas. Bajemos entonces la alarma social. Segundo, vivimos en una sociedad muy violenta, por ejemplo, en la Argentina hay alrededor de 3 millones de desempleados, muchos de los cuales son padres de adolescentes. No me parece que el pluralismo de formas de familia sea una dificultad, lo problemático es la ausencia de modelo familiar: autoritario, machista, cerrado y sin diálogo o abierto, con respeto mutuo, cooperación y donde se forme a las personas sin violencia. Un niño violentado en su hogar puede dar como fruto un ser violento para la sociedad. Muchas veces se ha tendido a disminuir la incidencia de los medios, pero creo que tienen una influencia significativa al menos como vehículo de un dios de este tiempo que es el mercado. El mercado dice que el que no consume y mucho es un idiota. Por lo tanto, hay un patrón de altísimo consumo para adolescentes y jóvenes, que no tienen ninguna perspectiva de alcanzarlo. De ahí a la posibilidad del delito puede haber un solo paso. Finalmente, la escuela tiene un gravísimo problema: la falta de motivación para los adolescentes y jóvenes.

Fabbro: - Corroboro que en los años cincuenta también hubiéramos dicho que los jóvenes nunca fueron tan violentos como hoy. La masividad y el exceso de los medios actuales hace que parezca que hay más violencia. Me parece que eso se debe medir: quizá siempre hubo la misma violencia, pero ahora la conocemos más. Sí creo que la televisión tiene mucha influencia. El otro día escuché una frase que dice que "la televisión nunca dice no", como sí lo dicen papá o el maestro. Siempre está ahí para que el niño se sienta identificado y nadie le pone límites. Los niños y adolescentes reciben varios efectos de la televisión, pero uno es el traslado al comportamiento de lo que ven en la pantalla. Y esto incluye los videojuegos donde el lema es matar para ganar, lo que fomenta la soledad y la pérdida de contacto con el entorno familiar y social. Hay encuestas que corroboran que cuando el niño o adolescente está más expuesto a la televisión, es más violento. Pero sobre todo le crea una sensación de que puede ser víctima de la violencia, y eso aumenta la inseguridad.

¿Existe una relación entre formas de violencia y clases sociales?

Tenti: - Existen violencias, como las agresiones contra la propiedad de los demás o contra la dignidad, que requieren de individuos muy educados. Cuando hablamos de violencia, nos preocupan los síntomas de desintegración social. El capitalismo significó la liberación del hombre respecto de una familia, una comunidad, una corporación, una tierra, pero está llegando a un extremo tal que está convirtiéndose en algo nocivo hasta para el propio individuo, porque se pierden los lazos de pertenencia que le dan sentido a la vida. Cuando alguien destruye una plaza, mata o el gran delincuente hace uso privado de los recursos públicos, no se sienten parte del todo. Me preocupa la situación de las sociedades capitalistas actuales, incluida la argentina, que dejan fuera del camino a proporciones significativas de la población. Como planteaba Eroles, el desfase entre las expectativas y las posibilidades de los chicos de las clases populares es el fundamento de la violencia. El robo es su recurso alternativo al trabajo. Hay territorios físicos y sociales donde rige la ley del más fuerte y en los que sus habitantes son a la vez víctimas y victimarios. Vivir en estas condiciones te vuelve salvaje. La gente se arma a medida que la seguridad pública se debilita.

Eroles: - Y no hay nada más autoritario que un demócrata asustado. Erich Fromm habla del miedo a la libertad: cada vez que veo que algo se mueve y no lo puedo controlar, tiendo a reaccionar autoritariamente. ¿La sociedad cree que bajando la edad de imputabilidad penal de 16 a 14 años desaparecerá automáticamente el delito? ¿O que llevando a los chicos de 18 a 21 años de institutos especiales a cárceles de adultos, cuando salgan van a tener menos bronca? Hoy, en la Argentina, 700.000 menores de 25 años ni estudian ni trabajan. Y hay otras 700.000 personas mayores de 45 años que están excluidas de su trabajo. Supongamos que ese 1.400.000 tuviera la tentación de cometer un delito: la sociedad sería un descontrol. Pero la mayoría de los pobres viven su pobreza con honradez.

¿La falta de modelos de identificación influye en la violencia juvenil?

Eroles: - Pienso que los jóvenes tienden a buscar modelos coherentes, como el Che Guevara o la Madre Teresa. No estoy tan seguro de que los jóvenes no tengan modelos de identificación. Creo sí que está el riesgo concreto del modelo facilista: ¿para qué me voy a romper el alma estudiando diez años medicina si después a los jubilados les pagan 150 pesos?

Tenti: - Creo que necesitamos algo más cercano que los Che Guevara o las Madre Teresa. Son ideales, distintos de los que yo tenía en mi barrio de calle de tierra en Mendoza: "el Tito" Monteverde, que era el único que iba a estudiar a la universidad y al que todas las madres te mostraban como ejemplo. Ahora, al contrario, se ven fracasados con título.

Fabbro: - Al no tener modelos de identificación en la vida real, como el maestro o el médico, entonces aparecen los que supuestamente impone la televisión. Pero esos modelos están totalmente alejados de nuestra cotidianidad. Por ejemplo, en "Chiquititas" los chicos actúan como adultos y adoptan comportamientos que no se condicen con lo que ocurre en un hogar real de niños abandonados. O bien están los modelos norteamericanos, que también están alejados de nuestra cotidianidad, o el del dibujo animado, que es el héroe por excelencia y todo lo puede.

¿Qué medidas pueden tomarse para prevenir la delincuencia juvenil?

Eroles: - Primero, debemos considerar al joven que delinque como mi hijo, y no como el hijo del otro. Segundo, hay que garantizar trabajo a los jóvenes. Esto significa también capacitación laboral. La tercera medida es ayudar a la familia. No es fácil hoy ser familia y orientar a los hijos. También se necesita lo que se llama prevención inespecífica, que es robustecer la contención solidaria de la sociedad.

Tenti: - Se requieren políticas públicas de integración social. Creo que hay ciertos bienes básicos que son los derechos a la vida, a la salud, a la educación, a la alimentación, a la seguridad, que no pueden quedar librados al mercado. Las políticas de integración pasan por el trabajo, porque trabajo hay. Lo que no hay es empleo socialmente reconocido y remunerado. Habrá que socializar el trabajo de alguna manera: en países desarrollados están pensando en reducir la jornada laboral o reconocer el trabajo solidario o muchas tareas que realizan las mujeres. Asimismo, hay que fortalecer la familia con legislaciones y hasta con rentas mínimas familiares garantizadas públicamente. Y después está la escuela, que es el otro lugar del chico junto con la familia. Su lugar no es el trabajo ni la calle. Cientos de miles están fuera del colegio, cuando la escolaridad obligatoria mínima tendría que ser hasta los 18 años. Ojo, no quiero decir que sólo estudie sino que puede realizar actividades laborales con sentido formativo, tanto técnico como moral y humano.

Fabbro: - Creo que mientras no se utilice la televisión como instrumento didáctico y motivador dentro de la escuela, se estará perdiendo el medio a través del cual los chicos leen. A corto plazo, hay que fomentar el espíritu crítico de los chicos: que sean conscientes frente a la catarata de información que reciben.

Alejandro Rebossio

Foto: Eric Feferberg/AP, Diario La Nación Line

 

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